martes, 10 de abril de 2012

El béisbol es patrimonio espiritual de la nación

El béisbol es patrimonio espiritual de la nación






Treinta minutos pueden parecer un acto fugaz o toda una eternidad, un tiempo intrascendente o un momento de infinita relevancia. Treinta minutos, precisamente, nos concedió recientemente el historiador y antropólogo cubano Félix Julio Alfonso (Santa Clara, 1972) para hablar de pelota en una dimensión novedosa, compleja, especial.



Nos recibió en un espacioso y moderno despacho del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, desde cuyos vidrios divisábamos el ir y venir de los citadinos en la zona más paradigmática de la ciudad. Sin duda, era un sitio apropiado para dialogar, aunque inusual y raro, tratándose del asunto en cuestión. Pausado, cadencioso, natural, Félix Julio se auxilió únicamente de su sabiduría y prodigiosa memoria para compartir su visión, su verdad, su documentado punto de vista.



Pudo llegar cargado de libros y artículos publicados sobre la historia del béisbol nacional, pero sabe disertar sin calzos, ni protocolo, ni metalenguajes. Y aunque se declara un outsider, alguien que vino de afuera a incursionar en este campo, sus obras Béisbol y estilo, La esfera y el tiempo, La letra en el diamante y Con las bases llenas, lo convierten en nuestro investigador más prolífico sobre el tema, y en toda una rareza dentro de las ciencias sociales (CS) en el país.



Ya cómodo y atento, pareció “estallar” desde la primera pregunta…



¿Dónde halló las motivaciones para adentrarse en este campo?



La primera fue un tanto azarosa. En 1999 cayó en mis manos un libro titulado El orgullo de La Habana: una historia del béisbol cubano, a poco de haber sido publicado por la Universidad de Oxford, en EE.UU. Su autor era Roberto González Echevarría, un cubanoamericano que emigró joven e hizo carrera en la Universidad de Yale. Me encontré, de repente, ante un libro descomunal, que no solo narraba el devenir del béisbol en sentido estricto (campeonatos, figuras, anécdotas), sino con un sustrato histórico, sociológico y culturológico impresionante.



El capítulo dedicado al siglo XIX me reveló los orígenes integrados a una dimensión modernizadora de la sociedad, de la cual formaban parte las guerras de independencia, los discursos políticos, la música popular —específicamente del danzón— y la literatura modernista. Se trataba de una perspectiva inédita y un discurso que unificaba muchos elementos en uno solo: la formación de la nacionalidad cubana.



Resulta llamativo que un aporte así llegase desde el exterior…



Del lado de acá nadie había tratado el tema de esa manera. Lo escrito no pasaba de ser series estadísticas como el libro de Raúl Diez Muro, Historia del Béisbol Profesional en Cuba (1878- años 40), que tuvo un continuador en Béisbol cubano, récords y estadísticas (años 50), de Severo Nieto. Ambos inexactos, incompletos y llenos de lagunas.



Después de 1959 solo existía Viva y en juego, de Jorge Alfonso, Edel Casas y Alberto Pestana, un texto que incurre en las falacias de desconocer el béisbol profesional de este país, y de unificar —como continuidad— al amateurismo prerrevolucionario con el siguiente. Esto también afirmó mi convicción de que estaba ante un campo virgen.



¿Por ese camino decidió escribir su tesis doctoral?



Roberto González no pudo explorar mucho en nuestras bibliotecas, así que revisé la prensa del siglo XIX y escribí una tesis que espero se publique el año próximo. Rastreé con bastante prolijidad la historia del béisbol en La Habana, la región con más desarrollo del juego en esta etapa, y sumé alguna información de Matanzas. Reconozco entonces mi deuda con los archivos de Remedios, Camagüey y Cienfuegos.



En el siglo antepasado podemos identificar a más de 200 equipos, algunos de vida efímera y otros tan perdurables como Almendares y Habana. Lo obtenido, en general, me reveló una galaxia de saberes sobre la práctica sociocultural más importante de los cubanos junto al baile y la música: el juego de pelota.



Ha ido publicando algunos textos antes del libro fundamental…



Me interesa formar una sensibilidad en el campo científico cubano, en las ciencias sociales, hacia el tema del béisbol. Hasta hoy el deporte ha sido una especialidad del periodismo en cuanto a divulgación, pues el ISCF Manuel Fajardo realiza estudios muy propios. Miradas de corte histórico, sociológico, antropológico no existen muchas.



Los historiadores también han omitido al béisbol…



Esa fue otra motivación. De modo insólito, ni el Manual de Historia de Cuba de Ramiro Guerra, ni La Historia de Cuba de Julio Le Riverend o la de Manuel Moreno Fraginals, y te hablo de los clásicos, se tomaron el trabajo de mencionar el tema. Solo Le Riverend le dedica media cuartilla en La Habana, biografía de una provincia. ¿Cómo puede ser eso posible en un país donde la gente suda, transpira, sufre por el béisbol? Aspiro a que los historiadores de mi generación tomen esto en cuenta y lo aborden desde un enfoque sociocultural, desde lo que significó en la construcción de la identidad y el nacionalismo cubanos.



¿Le ha sido fácil insertarse en esta línea de estudios?



No. La primera ponencia sobre el tema la presenté en la Universidad Central de Las Villas, en un evento de pensamiento latinoamericano. Trataba de cómo los autonomistas cubanos habían utilizado el béisbol entre los ingredientes para sus proyectos modernistas. Mucha gente no entendió por qué inscribir allí aquel trabajo. Les expliqué, pero dijeron: “bueno, es que se trata de la pelota, no viene al caso…”. Al final, los organizadores fueron indulgentes y me aceptaron. Luego escuché la idea de “por qué no te dedicas a temas más serios…”



Con el tiempo les he ido convenciendo de que el asunto es tan esencial como la política o la economía. Y eso me lleva al sociólogo alemán Norbert Elías: “los estudios del deporte que no son estudios de la sociedad, son estudios fuera de contexto”. Y eso nos ha pasado a nosotros, analizamos el deporte, pero no la sociedad en que este surge, se desarrolla, se manifiesta y responde a ciertos intereses.



¿En esa dimensión entiende el aporte posible de las Ciencias Sociales?



No es un asunto solo problemático para Cuba, el abordaje del deporte por las CS es relativamente reciente, de los años 70 u 80 del siglo XX. El Consejo Latinoamericano de CS (CLACSO) solo fundó un grupo al respecto en la década de los 90. Y Cuba se ha incorporado tarde a esta perspectiva. En este momento hay un reducido grupo interesado. Pienso en Carlos Rey, quien ha escrito una historia de los deportes desde el siglo XIX hasta principios del XX. En Martín Socarrás, quien junto a mí se interesó ante todo por la vida de Carlos Maciá, Alfredo Arango, Ricardo Cabaleiro, Nemesio Guilló, Emilio Sabourí, Beltrán Senarén. Entre ellos había grandes diferencias, no por gusto los hermanos Saldo, de familia adinerada, crearon el Almendares y nuclearon a la crema y nata de la aristocracia criolla. Mientras el Habana, más afín a Guilló y Sabourí, fue un equipo de clase media con puntos de vista políticos más radicales que los almendaristas, quienes pretendieron hacer de este juego algo privado para que ni mujeres, ni negros, ni humildes pudieran ir a verlo. Querían que fuera una práctica diferenciadora. En ese tipo de historia deben incursionar más las CS.



Quizás por esa falta de estudios se repiten disímiles errores...



Se desconoce olímpicamente la historia de nuestro béisbol. Muchos ni siquiera pueden hablar de la más reciente, así que el siglo XIX sería como la prehistoria. Hay un mito muy conspicuo sobre el famoso juego del 27 de diciembre de 1874 en el Palmar de Junco, alrededor del cual se piensa el origen de este deporte en Cuba, lo cual es absolutamente falso. Mucho antes existían grupos en La Habana y Matanzas que practicaron una modalidad rudimentaria llamada town ball, parecida a lo que hoy conocemos como fongueo. Y ahora he descubierto en la prensa matancera, junto a un investigador de esa ciudad, que el 2 de septiembre de 1867 se efectuó un partido de béisbol entre jóvenes del Comercio Habanero y un grupo de norteamericanos allí radicados.



Otro ejemplo. La pelota cubana de los primeros 15 años es amateur, porque las clases sociales que lo practicaban tenían recursos y jugaban por placer, como expresión de estatus, en el club. Y les preocupaba que los norteamericanos participaran porque eran profesionales, cosa entendida como impura, deleznable, contaminante. Eso lógicamente cambió en las primeras décadas del siglo XX.



Pero entonces hallamos la simplista negación que todavía se hace del profesionalismo antes del 59, como si fueran apestados. ¿Y quiénes se ganaban la vida jugando pelota o boxeando? Los humildes, los negros, para llevar comida y dinero a su familia. Por tanto, no era malo ser profesional, era una necesidad de la vida. Además, aludamos a nuestros grandes peloteros profesionales: José de la Caridad Méndez, Cristóbal Torriente, Gervasio González, General Sagua, Martín Dihigo, Ramón Bragaña, Héctor Rodríguez, Silvio García, Orestes Miñoso… ¡Todos negros! Y a los amateurs: Conrado Marrero, Jiquí Moreno, Sandalio Consuegra, Limonar… ¡Todos blancos! Ellos representaban a Cuba en la Serie Mundial Amateur, con raras excepciones de un negro que alguna vez participó como Charles Pérez.



¿Qué trascendencia le atribuye a las reflexiones de este tipo?



Importantísima. Si seguimos pensando el deporte en términos epidérmicos, en la discusión banal, la grosería y el conocimiento superfluo, nos estaremos perdiendo la mejor parte de la historia. Si el cubano solo va al estadio a pasar el rato y a participar de estas manifestaciones, y no se percata de que tiene que salvar algo que es patrimonio espiritual de la nación, algo que forma parte de su identidad y que debe cuidarse y transmitirse, no habremos avanzado nada.



¿Le parece resquebrajada la identidad de la Serie Nacional?



Me preocupa cómo se ve a sí mismo cada equipo cubano de béisbol. Hay una absoluta desorganización en ese sentido. Pinar del Río, por ejemplo, representa a una región productora de tabaco, cuyos equipos y peloteros se nombraron Vegueros y tabaqueros en el pasado. Hoy se autotitulan el Tsunami Verde y algunos le llaman Los Lobos. Yo me pregunto: ¿Qué tiene que ver eso con Pinar? Y ahí descubres que la identidad es tan frágil, tan quebradiza, que cualquiera pone un mote, se acepta y se difunde. Podemos apreciarlo en varias provincias.



Quizás sería distinto si esos asuntos se consultaran con la afición...



Pero nunca se hace, ni siquiera con la Serie Nacional. El público va al estadio a ver algo que le es dado, como el caso de los 17 equipos. Un absurdo mayúsculo que se nos impuso sin consulta popular alguna.



¿Y qué le pareció la encuesta para el Juego de las Estrellas?



Una experiencia muy beneficiosa que debe ser práctica cotidiana a la hora de tomar decisiones sobre el béisbol cubano.



Recientemente opinó que estamos haciendo una propaganda desmedida a los clubes europeos de fútbol. Algunos lo vieron como un ataque particular al deporte de las multitudes…



Creo que fui malinterpretado. Quise señalar el sobredimensionamiento del fútbol en detrimento del béisbol internacional de gran calidad. No solamente el de las Grandes Ligas, sino los de Japón, Corea, México, de los cuales no sabemos nada. ¿Por qué no ver el derby entre Barcelona y Real Madrid, y luego la serie entre los Medias Rojas de Boston y los Yanquis de Nueva York? Si en términos conceptuales, ambos casos son exactamente iguales. Voto porque consumamos productos deportivos de calidad, sin excluir la pelota profesional.



¿Apoyaría la inserción de Cuba en circuitos profesionales?



Debe suceder. Sé que para las Grandes Ligas hay obstáculos más allá del deporte. No soy ingenuo, pero por qué no ir a la Serie del Caribe. Nació en Santa Clara…



¿Sigue siendo naranja o se volvió azul?



Soy villaclareño a ultranza, aunque en los últimos años ese equipo me ha dado más tristeza que alegría. Me crié allí, conocí a Lázaro Pérez, a Pedro Jova. Cheíto fue el pelotero de mi infancia junto a Muñoz y Víctor. Sigo sufriendo con Villa Clara, aunque cada año clasifique y luego deje a sus parciales con la miel en la boca. Pero bueno, los seguidores de los Medias Rojas esperaron ocho décadas por una victoria, y fueron fieles. Entonces, yo tampoco puedo dejar de ser fiel.



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Excelente entrevista

Enviado por Angelo el Lun, 2012-03-26 11:00. Excelente entrevista !!!!

Estoy de acuerdo con todo lo que dice, sobretodo con lo que se refiere a la sobredosis de futbol extranjero en los medios cuando ni siquiera se transmiten los partidos del campeonato nacional de futbol y nada de las ligas de beisbol de otros paises.



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considero que lo expresado

Enviado por norge p varona el Lun, 2012-03-26 13:55. considero que lo expresado por el tiene toda la razon del mundo , supongo se tome en cuenta lo dicho por el para que ciertas cosas en nuestro beisbol, cambie para bien , saludos norge



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A mi me parece muy poco ético

Enviado por Ramon Romero el Mar, 2012-03-27 10:39. A mi me parece muy poco ético decir que el texto "Viva y en juego" incurre en la falacia de obviar al profesionalismo. Jorge Alfonso, con quien el entrevistado trabajó en el titulo dedicado al deporte en la serie por el aniversario de la revolución, tenía abundante información sobre el profesionalismo, pero TODO EL MUNDO CONOCE QUE DESPUES DE 1959 LA POLITICA GUBERNAMENTAL NO PERMITÍA HABLAR SOBRE ESA PRÁCTICA, NI MENCIONAR A QUIENES MARCHABAN AL EXTERIOR. Es una injusticia mayúscula hacer recaer en escritores las disposiciones gubernamentales, que entre otras consecuencias han posibilitado que las nuevas generaciones de cubanos conozcan más el fútbol internacional que nuestro deporte nacional. Cuando se publican cosas como esta hay que revelar los verdaderos culpables y no coger como "chivos expiatorios" a profesionales honestos como Jorge Alfonso, Edel Casas o Pestana. De todas forma es válido el artículo



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Saludos RTA, muy interesante

Enviado por Luis Reguera Nerey el Jue, 2012-03-29 13:46. Saludos RTA, muy interesante tu artículo en el periódico Trabajadores de hoy sobre el baseball y tu entrevista: te apoyo 100% a tí y al profesor Felix Julio. Solo quiero mencionar dos puntos: Existe un libro sobre el baseball cubano de antaño escrito por Peter Bjarkman que se llama "SMOKE", humo, que yo leí precisamente en Santa Clara , que me prestó un amigo y que el profesor no menciona(una copia fotocopiada en inglés). No se si él conoce este libro y a su autor(PJ es un gran admirador del baseball de Cuba y uno de los principales cronistas de baseball de los Estados Unidos y visita nuestro pais frecuentemente, casi totalmente ignorado por nuestra prensa y sólo Hernandez Luján lo ha sacado en sus programas de deportes en algunas ocasiones).Ese libro está acompañado por abundantes fotos y datos y es una fuente de información muy importante,a mi me impactó; en mi opinión creo que le podría ser útil a FJ en su trabajo.Por favor no tengo su dirección de correo, así si ested pudiera hacerle llegar esta información yo se lo agradecería. El segundo punto está en el anunciado y bien promocionado documental "DE LOS INDUSTRIALES AL REAL MADRID".En mi opinión es una cosa burda,vinculando al equipo posiblemente más famoso del futbol mundial con el equipo de beisbol de los Industriales...¿qué tiene que ver una cosa con la otra?...A todas luces es un intento por promover y apoyar al equipo de la Capital en detrimento del resto de los equipos de nuestra liga, algo que sucede todos los dias. Usted nunca ve una imagen del equipo de Guantánamo, Granma,Las Tunas...Todas las promociones del programa "Antesala" en los últimos dias son a favor de los azules y hasta la polota el el fondo del set del programa "BOLA VIVA"es azul... Me gustaría saber que opinión tiene el Profesor FJ sobre estas cosas y dicho documental... Atentamente L.Reguera Cienfuegos



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Con verdadera simpatía he

Enviado por Jorge Luis el Jue, 2012-03-29 13:49. Con verdadera simpatía he leído y conservo el trabajo publicado en la edición del lunes 26 recién pasado. Es de lo mejor que ha llegado a mis manos sobre esta materia y tribuna constante de los que reclamamos los cubanos que nos estimamos apasionados por esa parte de nuestra idiosincracia. No lo digo por la calidad del entrevistado, que en realidad lo justifica, sino porque abarca criterios que muchos compartimos, desde lo que representa el béisbol para nosotros los cubanos, como la mojigatería y estreches de privarnos de poder disfrutar un buen juego de pelota venga de donde venga. Comparto los criterios vertidos en cuanto a que no podemos perder la identidad de nuestras series nacionales. No le escribo por simpatizar con los equipos de la zona central del país, como lo hace el Dr. Félix Julio, sino por su humilde apoyo y reconocimiento. JORGE LUIS



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Ante todo mi saludo, me llamo

Enviado por Rafael el Jue, 2012-03-29 14:04. Ante todo mi saludo, me llamo Rafael Mayedo Gallo y quisiera me envien la dirección de correo o teléfono donde pueda contactar a Félix Julio Alfonso, precisamente ayer pude leer su artículo en el periódico Trabajadores sobre el trabajo interesante que hace y esta haciendo sobre el Béisbol, preciso de su ayuda y consejos para una investigación que estoy realizando sobre un atleta que jugó por los años 40, sin más mis sinceros agradecimiento



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Me llamo Rolando Rodríguez

Enviado por Rolando Rodríguez el Jue, 2012-03-29 14:08. Me llamo Rolando Rodríguez Espinosa vivo en el municipio Urbano Noris de la provincia de Holguín, el lunes 26 de marzo leí El béisbol es patrimonio espiritual de la nación, lo encontré muy interesante y me intereso mas el saber del libro que están escribiendo sobre la historia de la pelota en Cuba. Quisiera comunicarme con Félix Julio Alfonso para colaborar con el, en información que puede enriquecer su libro. Yo conozco de personas que antes del triunfo de la revolución participaron en la liga de EE.UU. seleccionados en este territorio en 2 y 3 ocasiones si le interesa incluirlo en el libro mándeme las preguntas que le interesen para hacérselas y mandárselas o pueden venir al territorio, También tengo acceso a una revista de esa época con buena información. Tengo buenas relaciones afectiva con un compañero que tiene en su poder suficiente estadística para aportar.



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Mas allá de la razon o no del

Enviado por El Montero el Vie, 2012-03-30 18:18. Mas allá de la razon o no del profesor y de sus opiniones. Lo que mas me gusta es que una cara diferente intervenga. Debia ser este el tema de que mas se comentara en Cuba. Pero no, desde hace años se está implementando un plan de desmontaje del beisbol como pasatiempo nacional, a favor del futbol. Este plan ha tenido un gran exito. Sobre todo despues que el principal agente de la FIFA en Cuba, el super potentado Higinio Velez, asumió la conduccion de este deporte en nuestro pais. Se verá llegar un tiempo en que la FIFA erija un monumento a su especialista principal para la exterminacion de la pelota. Un Higinio con short corto, un 10 en la espalda, y un balón a sus pies. En la tarja una sola palabra........GOL........
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TOMADO DEL PERIODICO TRABAJADORES DEL Lunes 26 de Marzo de 2012

Entrevista exclusiva al historiador y antropólogo cubano Félix Julio Alfonso (Santa Clara, 1972) para hablar de pelota en una dimensión novedosa, compleja, especial


Publicado en TRABAJADORES por: Rudens Tembrás Arcia / PDF. Foto: Joaquín Hernández Mena / 26-03-2012 / 00:25



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