domingo, 1 de abril de 2012

El Padre Félix Varela en José Martí- Persistencia Revolucionaria

EL  Padre  Varela  en  José Martí:

Félix Varela 1788-1853      José Martí 1853-1895

PERVIVENCIA  REVOLUCIONARIA

Roberto F. Rodríguez González.

 Más si UD. llama revolucionarios a todo el que trabaja por alterar  un orden de  cosas contrario al bien de un pueblo, yo me glorío de contarme entre esos revolucionarios,[1]

                                                                                         El Habanero (1825). Félix  Varela

     Nuestro José Martí nos relata en el periódico Patria, que él, aprendió a leer en los libros del maestro y patriota matancero Eusebio Guiteras, es en esta  formativa etapa, donde enraizaron los valores  éticos, sembrados en el hogar y cultivados en la escuela, Al conocer derechos y obligaciones y ejercer sus deberes con inteligencia, justicia, equidad  y amor a la libertad.
    Estos textos,   fueron modelos para la enseñanza en su tiempo, reiteradamente editados en Cuba y en la América Latina por poseer contenidos educativos, acorde con el medio social del  niño cubano,  en su entorno  caribeño.
     Al rendir tributo al maestro Guiteras,  Martí escribió: En sus libros hemos aprendido los cubanos a leer: la misma página serena de ellos, y su letra esparcida, era como una muestra de su alma ordenada y límpida: sus versos sencillos, de nuestros pájaros y de nuestras flores, y sus cuentos sanos, de la casa y la niñez criollas, fueron, para mucho hijo de Cuba, la primera literatura y fantasía.[2]                                         

             En esas amenas y formativas lecturas,  generaciones de latinoamericanos del siglo XIX obtuvieron luces de razón, que acrecentaron sentimientos de solidaridad con las luchas emancipadoras del pueblo cubano. Esto,  les facilitó   información  sobre la última colonia de España en América, previa  al  alzamiento de la Demajagua. Ante tales acontecimientos, el gobierno colonial  procedió en 1868, a  prohibir los mencionados textos donde se publicaron importantes artículos y ensayos, entre ellos, el dedicado al Patriotismo escrito en 1819, por el más relevante filósofo  hispano americano de la época, el habanero padre Félix Varela  Morales.  Inaugurador de un pensamiento filosófico razonado en contraposición al dogmatismo tardío, vigente en la Isla  a principios del siglo XIX. Este pensamiento lógico, ampliaba la limitada concepción territorial  de  patria chica, incorporándole valores morales y la perspectiva de “concebir la realidad insular en términos nacionales, no de gremios  o de corporativismo clasista”[3] ,                      
             Al reconstruir momentos de los últimos 25 años del mencionado siglo XIX en nuestra Isla. En 1868 al inicio de la guerra iniciada por Carlos Manuel de Céspedes, José Martí era un joven de l5 años cuando escribió el poema 10 de octubre y contribuye al  accionar revolucionario de la juventud habanera, junto a sus condiscípulos en el Instituto de La Habana, escribiendo periódicos manuscritos y repartiendo proclamas  de rebeldía separatista. Recordemos lo que Martí, ya adulto,  consignó en la conocida y valiente carta de respuesta al General  Enrique Collazo:

Jamás dejé de cumplir en la primera guerra, niño y pobre y enfermo, todo el deber patriótico que a mi mano estuvo, y fue a veces muy activo. [4]

             Las informaciones  precedentes, nos muestran el primer encuentro de José Martí  con las ideas de amor a la patria,  a través   de los Libros de Lectura de Eusebio Guiteras.
Aspecto señalado en referencias biográficas,  el joven Martí, utilizaba asiduamente la biblioteca del mentor y poeta Mendive, espacialmente rica en libros de autores cubanos, clásicos griegos y españoles. También en esa sala se reunían intelectuales cubanos, donde se comentaban los acontecimientos mundiales y en especial los del continente americano.

             Las menciones,  y comentarios de José Martí sobre el Padre Varela, se encuentran a lo largo de su obra, representadas en firmes y breves trazos,  penetrante visión,  honroso reconocimiento y gusto literario.
             La relación de citas y observaciones reflexivas, no son numéricamente considerables, pero en contraste, por su contenido reflejan las fundacionales esencias del pensamiento precursor del Padre Varela.

      Durante su primera estancia en España en los años de 1871 a 1874, Martí se refiere en dos ocasiones al Padre Varela, la primera aparece en el Cuaderno  de apuntes No. 7, donde escribe la semblanza comparativa del abogado y teólogo colombiano Francisco Antonio  Moreno y Escandón en paralelo con el Padre Varela.

      Ecléctico y desembarazado, y no apegado a escuelas, sino temeroso de las trabas que ellas ponen, y dejan disputas de que de ellas nacen, […] Parece haber en Moreno, ya en 1760, un pujante y desembarazado enciclopedista. Fue como un Varela.[5]

             La segunda mención se encuentra en el Fragmento No. 28, titulado Los cubanos en las novelas españolas, donde cita al escritor Benito Pérez Galdós, reconociéndole su valer, pero a la vez, lo interroga.

....¿no creía que era cubano cosa tan buena? ¿Qué sabe él. ni España qué sabe, de lo que los cubanos son y escriben? – (aquí la esencia de la literatura cubana, aquí lo de Howe y Varela).[6]

              Respecto a la obra literaria de  Varela, José María Heredia  poeta de América,  forjador de la conciencia colectiva de la nación cubana,  y reconocido  critico literario   Iberoamericano  del siglo XIX. En 1826 manifestó sobre las Lecciones de filosofía  de Félix Varela:

...no sólo contribuirá al progreso de las luces, sino que dará realce a la gloria literaria de América […]  tales como están, son la mejor obra de su clase que hay en nuestro idioma. [7].

              En 1826 Varela escribe la novela Jiconténcal que trata sobre la conquista de México por Hernán Cortes. Sobre esta obra, la bibliógrafa Araceli García Carranza admite que es la primera novela histórica que escribió y publicó un cubano[8]



             En otro de sus Fragmentos  el No. 279: Martí crea una analogía biográfica múltiple con intelectuales hispanoamericanos: de apellido Varela:

Y este nombre de Varela, nombre de mártir: Florencio; de un gran orador: Hector; de un gran poeta: Juan; de un fecundo escritor: Juan Cruz; de un dramaturgo: Luis; de un gran patriota: Pedro;  de un gran economista: Rufino, y de un hombre que fue casi eso y mucho más: el padre Félix. [9]

             Esta evaluación, diversa en matices comparativos,  de aquel que empezó a emancipar nuestro pensamiento[10],  nos revela al filósofo humanista y revolucionario en una perspectiva de dimensión continental
             El 2 de enero de l889 Martí escribió en el “El Avisador Hispano-Americano de Nueva York”: “Cuando salidos de sus manos, fuertes para fundar, descubría Varela, tundía Saco y La Luz arrebata.”                
             En el Fragmento No. 67 de los apuntes  señala, una breve nota sobre el importante libro, dedicado a la explicación pedagógica de la  Constitución española de 1812, conocida como la Constitución de Cádiz o la Pepa.

1821.-Observa.  s/ la Constitución política de la Monarquía Española, por Varela. [11]

       Esta obra, de aurora constitucional para los pueblos de habla española fue redactada por Varela como complemento didáctico para la Cátedra de Constitución fundada en 1821 con matricula abierta,   y él la  nombró Cátedra de la libertad de los derechos del hombre.

             La extraordinaria labor profesoral,  pedagógica y literaria del Padre Varela en  defensa de los derechos del hombre, y de su proyecto para una patria independiente, prosigue es ascenso creador en el más lúcido representante de las generaciones posteriores: El genial político, orador y escritor: iniciador del Modernismo en Hispanoamérica y  fundador del primer partido concebido para liberar los pueblos hermanos de Cuba y Puerto Rico, nuestro José Martí, una de las figuras más relevantes,  originales y elocuentes del habla española.
             Estos dos americanos nacidos en San Cristóbal de La Habana ejercieron como profesores y dominaron varios idiomas, realizaron  importantes traducciones de carácter: científico, literario, político y social, concebidas para ampliar la cultura del saber y fortalecer nuestra identidad. Otros aspectos coincidentes los encontramos en la estrategia para conquistar la libertad de la patria esclava: la libertad se conquista con las propias manos.[12] La libertad cuesta cara, y es necesario o resignarse  vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.[13]  Nos advirtió el Apóstol. Con anterioridad sobre el mismo objetivo en el periódico El Habanero el  Presbítero  había escrito: Quiera o no quiera Fernando, sea cual fuere la opinión de sus vasallos en la isla de Cuba, la revolución  de aquel país es inevitable. La diferencia estará en el tiempo y en el modo,…[14] No es tiempo, no, de entretenernos en acusaciones particulares ni en lamentos inútiles. Lo es sólo de operar con energía para ser libres.[15]

              Como coincidencia política, marcada por la agresión externa, inhumana, y degradante  fue la propiciada por el gobierno español, en su intento  infructuoso  de asesinato, contra estas dos cumbres del pensamiento iberoamericano, de transparentes e inmortales vidas, que estaban protegidos por llevar el amor a la patria como coraza. 

             En lo adelante veremos algunos aspectos convergentes en el devenir   revolucionario  de los dos próceres,  bautizados en la Iglesia del Ángel, de padres  militares  españoles y  madres: la de Varela natural de Santiago de Cuba y la de Martí  de Islas Canarias. Los estudios secundarios fueron realizados, en el primer caso, en el Colegio Seminario San Carlos y los del segundo, en el Colegio  San Pablo en la ciudad de La Habana. Como estudiantes obtuvieron  brillantes resultados tanto en las asignaturas de ciencias como en las de letras
             La posición socio económica de la familia Morales-Medina clasificaría en términos contemporáneos, como de clase media alta y la familia Martí-Pérez como clase media baja.

             En el año de 1822 Félix Varela viaja a España como diputado a las Cortes, participa activamente en las sesiones y comisiones y escribe artículos en la prensa en defensa de los intereses de los pueblos de América. Martí  en l871 vuelve a la metrópoli como desterrado político, Tanto  Varela como Martí, en dos momentos diferentes, conciben la idea de  que las fuerzas políticas españolas, al parecer “progresistas,” favorecerían las aspiraciones cubanas a  la plena independencia Pero pronto comprendieron que esa vía resultaría infructuosa, y se decidieron  por la opción revolucionaria, de una total emancipación.
              El Padre Varela escapa de España en 1823 por la base inglesa del Peñón de Gibraltar, al retomar el poder Fernando VII, y es condenado a muerte. Posteriormente viaja a  Estados Unidos, donde permanece en ostracismo, alrededor de treinta años sin acogerse a  la ciudadanía norteamericana. También  el Apóstol viaja a los Estados Unidos en enero de 1880 después de segunda deportación a España, en Norteamérica permanece desterrado por  espacio de aproximadamente quince años,  al igual que el Padre Varela, sin acogerse a la ciudadanía del vecino país del norte. La actividad política, intelectual y revolucionaria de ambos, consagrados a la patria que permanecía sumida en el  coloniaje. ejercido por el menguado imperio español, se nos presenta con raíces análogas, en el mismo escenario, en desiguales momentos.
             Fundaron periódicos revolucionarios, El Habanero Papel Político, Científico y Literario y Patria. El Habanero, primer periódico independentista cubano  y también el primero de habla española publicado en Estados Unidos en el año de 1824 [de acuerdo a la información recibida hasta el momento];.


Patria fundado en 1892 vocero de la emigración en su  primer número se expresa:

Nace este periódico, por la voluntad y con los recursos de los cubanos y puertorriqueños independientes de New York, para contribuir sin premura y sin descanso, a la organización de los hombres libres de Cuba y Puerto Rico. [16]

El Habanero fue concebido y editado en Filadelfia y Nueva York en formato manuable  Con el propósito de ser introducido en Cuba de forma clandestina, sin costo para los lectores.

El periódico Patria fue concebido y editado para su distribución entre los emigrados cubanos y puertorriqueños en los Estados Unidos, con formato amplio  Este semanario se distribuía todos los sábados con un precio de 5 centavos y los importes de la recaudación se destinaban a su mantenimiento.
Varela ofrece su concepto de patriotismo  en sus Lecciones de filosofía en 1813 y ampliado en Misceláneas 1819 antecedente histórico, del que nos presenta el joven Martí cuando escribe el poema Abdala en 1869
            
             El amor, madre a la patria
             No es el amor ridículo a la tierra,
             Ni a la hierba que pisan nuestras plantas;
             Es el odio invencible a quien la oprime,
             Es el rencor eterno a quien la ataca; [17]

             Posteriormente en 1873 el autor de Abdala, escribe el ensayo La República Española ante la Revolución Cubana, donde enriquece el concepto:

No constituye la tierra eso que llaman integridad de la patria. Patria  es algo más que opresión, algo más que pedazos de terrenos sin libertad y sin vida, algo más que derecho de posesión a la fuerza. Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas. [18]


Todo lo anteriormente expuesto se puede sintetizar en la expresión

             Patria es humanidad. [19]

             Tanto Varela como Martí colaboraron con diferentes publicaciones de nuestro continente, fueron muy respetados por los círculos de intelectuales y políticos del pueblo norteamericano. Como aspecto puntual, se señala la invitación cursada a Félix Varela para participar en la convención de caballeros literatos y científicos, que se reunió en el Ayuntamiento de la ciudad de Nueva York, en año de 1830 con el propósito de considerar el establecimiento de lo que es hoy la Universidad de la mencionada ciudad. En 1890 José Martí es invitado a participar y exponer sus ideas sobre la causa cubana, en las reuniones del exclusivo Club Twilight, [20] en Manhatan, Nueva York, integrado por un selecto grupo de personalidades intelectuales, banqueros y políticos norteamericanos.
            
             En el desempeño de sus actividades profesorales de gran maestría, Varela, en el Colegio Seminario de San Carlos como titular de la Cátedra de Filosofía[21], creador del originario método de enseñanza activa en la educación media[22], “Fue el iniciador de la enseñanza experimental de la Física en Cuba, siendo un fervoroso defensor del experimento en la actividad docente y se reconoce como el primer autor de un libro de Física en Cuba”[23] y forjador de una
 Generación de intelectuales de reconocido prestigio. También en esta etapa ofrecía clases gratuitas a jóvenes pobres que no podían dedicarse a estudiar sistemáticamente debido a sus obligaciones laborales.  Martí ejerce como profesor  en la Universidad y en Escuela Normal de Maestros de Guatemala; en La Habana, en el colegio de Hernández y Plasencia y, en  Venezuela, impartió clases de oratoria en los Colegios de Aveledo y Tell Villegas, de Caracas.  Y al igual que el Padre Varela impartió docencia de gracia a los obreros y artesanos negros emigrados en la Sociedad de Instrucción La Liga.
              La valoración martiana de sus experiencias pedagógicas  puede concentrarse en esta breve cita:

             Y lo hizo maestro, que es hacerlo creador. [24]

             Creador de una trascendente obra poética literaria, y, sobre todo, creador del primer partido en la historia de estas instituciones políticas, concebido para alcanzar la independencia de la patria, sometida a un despótico y decadente Imperio colonial.
             En el mes de junio de l829 Félix Varela publica en el Mensajero Semanal editado en los Estados Unidos, el formidable ensayo  titulado Instrucción Publica que aborda problemas de política educacional de significativa vigencia:
 [...] debe esparcirse la instrucción a todas las clases, llevándola no al grado que constituye la ciencia, sino al que baste para que el hombre tenga medios de conocer sus deberes religiosos y sociales./…/ la instrucción pública ó general consiste meramente en proporcionar los medios de saber, y que después cada individuo en su maestro, haciendo uso de ellos para adquirir los conocimientos propios de su clase, […] [25]

             Ulteriormente nuestro Apóstol tratará el mismo tema,  utilizando el término de Educación popular:

Educación popular no quiere decir exclusivamente educación de la clase pobre: sino de todas las clases de la nación, que es lo mismo que el pueblo, sean bien educadas. Así como no hay ninguna razón para que el rico se eduque y el pobre no, ¿qué razón hay para que se eduque el pobre, y no el rico  Todos son iguales?[26]
La educación popular acaba de salvar a Francia. Yo la vi hace tres años, y auguré en forma segura, de muy pocos creída, su triunfo sobre cualquier nueva reacción. La reacción vino, y Francia ha triunfado. [27]
“El mejor modo de defender nuestros derechos, es conocerlos bien; así se tiene fe y fuerza: toda nación será infeliz en tanto que no eduque a todos los sus hijos”[28]

             La proyección y ejecución de estas ideas revolucionarias se han materializado por nuestro proceso revolucionario, no sólo en Cuba sino que han llegado para quedarse en muchos piases de nuestro continente  y fuera de él. Recordaremos solo el método cubano: Yo si puedo, que tiene sus raíces en nuestra histórica Campaña de Alfabetización, enseñanza  reconocida y auspiciada por la  UNESCO.
            
            
                El presbítero precursor, inscribe los derechos del hombre en su PROYECTO DE DECRETO SOBRE LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD EN LA ISLA DE CUBA Y SOBRE LOS MEDIOS DE EVITAR LOS DAÑOS QUE PUEDEN OCASIONARSE A LA POBLACIÓN BLANCA  Y LA AGRICULTURA [29] presentado en las Cortes de Cádiz en el cual se reconocen por primera vez en documento escrito la igualdad de actitudes entre el hombre blanco y el hombre negro. Posteriormente el Maestro Martí, proclamará:

El negro, por negro, no es inferior ni superior a ningún otro hombre[30]

Los hombres verdaderos, negros o blancos, se tratarán con lealtad y ternura, por el gusto del mérito, y el orgullo de todo lo que honre la tierra en que nacimos.- negros o blancos. [31]

            
El profundo pensamiento analítico del Padre fundador, no aceptó la Teoría Frenológica.  Esta misma teoría, con algunos nuevos y retardatarios matices fue rechazada posteriormente por el Apóstol 
En diferentes  momentos,    Félix Varela y José Martí, coincidieron en sus apreciaciones,  al declarar ambos su oposición,  a la Teoría Frenológica de Gall, novedad aceptada a principios  y finales del siglo XIX, por los intelectuales José de la Luz y Caballero, y seguidores de Enrique José Varona.  Referidos a la  novelería que pretendía estudiar el carácter y las funciones intelectuales del hombre, buscándolos en la conformación externa del cráneo.
Sobre et  tema,  el Padre  Varela escribió desde Nueva York en octubre de 1840 a uno de sus alumnos:

¿Eres frenólogo? Pregúntolo porque parece que por allá está en moda. También lo estuvo aquí; mas va pasando como todas las modas. Advierto que mis amigos Don José de la Luz y Caballero y Don José de la Luz Hernández han entrado en ella. Yo me quedo fuera, y acaso serviré de ejemplo frenológico, pues tal vez tendré algún malhadado chichón  antifrenológico, o de incredulidad frenológica, sumamente desenvuelto. Lo peor es que nunca lo sabré por experiencia, a menos que no pierda el juicio, pues jamás permitiría yo que un adivino frenológico me pusiese las manos sobre la cabeza para contar las prominencias de mi  cráneo, y decir por ellas las pasiones de alma,[32]  
               
El Maestro Martí armonizador de voluntades independentistas, refutó brillantemente a  principios de la década del noventa del siglo XIX,  los falsos argumentos de la Sociedad Antropológica de Cuba basados en la especulación frenológica. La contundente argumentación del Maestro, se  reproduce  por el historiador Jorge Ibarra en su libro  José Martí dirigente e ideológico.

La Sociedad Antropológica de Cuba, animada por el espíritu positivista y cientificista de Enrique José Varona había decretado la inferioridad mental del negro, basándose en una serie de mediciones de cráneos, que llevaban a efecto con una pasión maniática y miope muchos sabios de la época. Martí que no era antropólogo /…/ haría rodar por el suelo los argumentos pseudos científicos que pretendían justificar en Cuba la discriminación del negro.

      Si los galos y los germanos habían sido esclavos de los romanos y se habían liberado de ellos para construir una civilización más avanzada, era evidente que el hecho de la esclavitud no indicaba inferioridad de la clase esclava ¿Por qué pensar entonces que los negros eran inferiores por ser esclavos? /…/ Las mediciones de cráneo sólo servían para demostrar los prejuicios que anidaban en las mentes de los científicos de la época[33]



La vocación humanista de los patriotas mencionados con relación a la superación del género humano. Nos llega a través del pensamiento del Maestro: ser culto es el único modo de ser libre,[34]  y con él  la importancia de la mujer en el desempeño social:

Con respecto a la mujer Félix Varela expresa:

Uno de los atrasos de la sociedad proviene de la preocupación de excluir a las mujeres del estudio de las ciencias, o a lo menos no poner mucho empeño en ello, contándose con lo que privadamente por curiosidad pueden aprender, siendo así que el primer maestro del hombre es su madre, y esto influye considerablemente en el resto de su educación. [35]

J. Martí:
Si la educación de los hombres es la forma futura de los pueblos, la educación de la mujer garantiza y anuncia los hombres que de ella han de surgir [36]

             El catedrático revolucionario del Colegio-Seminario San Carlos y San Ambrosio, y  de la Cátedra de Constitución, que con 23 años de edad proclamó:
             “que la fe era aplicable  únicamente   para el caso de las cosas divinas,  y que  la razón y la experiencia son el único recurso en las humanas” [37]
            
             Nos legó al final de existencia su más acabado ensayo ético literario dirigido a la juventud cubana:  Las Cartas a  Elpidio*  el mensaje de estas cartas llegaría posteriormente al destinatario habanero de la calle Paula, que fue capaz de crear en su tiempo, la amena, interesante y formadora revista, La Edad de Oro dedicada a llevar a los niños de América, los paradigmas sociales y científicos de la creación humana,  sobre estas dos obras clásicas de la literatura juvenil, existen  varios estudios dedicados a interpretar el contenido de las mismas..
             Otro aspecto significativo, relacionado con éste último aspecto lo encontramos en el ensayo publicado por Joaquín G. Santana en el libro titulado Félix Varela ¿Quién fue…? donde nos dice “que en sus Cartas a Elpido  a mediados de la década de los años treinta del siglo XIX, pueden integrarse sin rubor al nivel de crítica y revelación de las Escenas norteamericanas  que escribirá José Martí medio siglo después.”[38]
             El Padre Varela antes de iniciar su primer y último viaje a España como diputado a las Cortes al despedirse del pueblo habanero, expresó: un hijo de la libertad un alma americana desconoce el miedo.[39] Y posteriormente escribió en El Habanero:

                                                                                                                
Cuando yo ocupaba la Cátedra de Filosofía del Colegio  San Carlos de La Habana pensaba como americano, cuando mi patria se sirvió hacerme el honroso encargo de representarla en Cortes, pensé como americano; en los momentos difíciles en que acaso estaban en lucha mis intereses particulares con los de mi patria, pensé como americano, cuando el desenlace político de los negocios de España me obligó a buscar un asilo en un país extranjero (Estados Unidos) por no ser víctima en una patria, cuyos mandatos había procurado cumplir hasta el último momento, pensé como americano, y yo espero descender al sepulcro pensando como americano. [40]

 .... Estas dos aspiraciones fueron cumplidas cabalmente en el transcurso de arriesgada y desinteresada existencia.
             En el desempeño como Diputado ante las Cortes del Parlamento de la Monarquía Española donde con la convicción de la razón y sentimiento americano presentó, argumentó y debatió el proyecto de Decreto para la abolición de la esclavitud en Cuba; el proyecto para el gobierno de las provincias de Ultramar y la memoria sobre la independencia de las repúblicas sudamericanas. Todos estos planes los defendió con visión de estadista, subrayando la necesidad de que España reconociera la independencia de América
             Más tarde en el periódico El Habanero editado en Filadelfia en 1824, escribió el formidable  artículo: Amor de los americanos a la independencia,[41]  verdadera joya de la solidaridad latinoamericana.

             El historiador Emilio Roig de Leuchsering  expone:

             “(...) Varela debe ser considerado, no solo un maestro revolucionario y precursor de la Independencia cubana, sino también ciudadano de América, por su desbordado amor a la gran patria continental, la exaltación de las virtudes de sus pueblos y su fervoroso y comprensivo apostolado americanista.”
            
             La vocación y dedicación  del Apóstol a la consolidación  de la libertad americana, fue de total entrega, De América soy hijo, a ella me debo.[42]  Recordamos en este momento, solo algunos hitos de su admirable quehacer: La Edad de Oro,  el ensayo Nuestra América., los artículos periodísticos sobre La Conferencia Internacional Americana y sus escritos sobre la Conferencia Monetaria Internacional Americana,  y el Partido Revolucionario Cubano para la libertad de Cuba y Puerto Rico.
             Esta vinculación martiana con la causa de la emancipación de los pueblos de América y de inmediato con el pueblo boricua, aparece muy bien expresada en el primer número del periódico Patria, ya anteriormente comentado. También esta hermandad con la causa boricua tiene su antecedente en el quehacer del Padre Varela, y para ello transcribiremos un extracto de la nota escrita en 1830, por Ministro de Estado español al Embajador de España en Roma:

Entre los revolucionarios que refugiados en los Estados Unidos se encuentra el presbítero D. Félix Varela, residente en la actualidad en Nueva York. Este mal español y peor eclesiástico /.../  ha excitado con sus escritos  a los habitantes de la isla de Cuba y Puerto Rico a separarse del dominio de S.M. [43]

             El Padre Varela, que fue contemporáneo con Simón Bolívar, llamó a las tropas del libertador como fuerzas patrióticas[44] y ponderó la vuelta victoriosa del ejército Bolívar.[45] Abogó en las Cortes, por que se reconociera la soberanía de los pueblos que Bolívar había emancipado.
             Nuestro Apóstol fue un digno continuador de la obra emancipadora del Libertador, se refirió a su ejemplar quehacer en varias ocasiones, para rendirle homenaje,  Martí dijo: ¡de Bolívar se puede hablar con una montaña por tribuna, o entre relámpagos y rayos, o con un manojo de pueblos libres en el puño, y la tiranía descabezada a los pies![46]

La mayor y más amplia cohesión estructural en la obra liberadora y humanista de estas dos cumbres de pensamiento, y la acción comprometida  por la causa de Cuba, América y la humanidad. Nos llega en permanente y constante mensaje ético - moral rubricado con su entrega existencial, sin hacer concesiones ideológicas a las corrientes del  anexionismo, reformormismo o autonomismo. Agrupaciones de: aficionados a una libertad cómoda.[47]

                  

El Maestro de la unidad en nuestras luchas por la independencia, llamó al Padre Varela santo cubano, reconociéndole su prédica plena de virtudes patrióticas, pero también los humildes obreros del exilio floridano, llamaron posteriormente al Maestro: Apóstol, cuya significación primaria, lo identifican con las virtudes,  presentes en la tradición ética de raíces cristianas. 

             La afinidad en las ideas políticas sobre el tratamiento a los sentimientos religiosos, puede apreciarse en las citas que siguen de ambos patriotas:

Félix Varela:
El verdadero político, aun cuando estuviera persuadido de que todas las ideas religiosas eran absurdas, propendería a su conservación, pues destruidas no podría conseguir que los pueblos dejasen de entregarse a la inmoralidad, que es el ataque más fuerte y la enfermedad más grave del cuerpo social. Los que se empeñan en combatir la religión deben considerarse como los principales enemigos  del género humano, pues sin conseguir jamás su intento, porque es absolutamente imposible, no hacen más que agitar los ánimos y corromper una parte de la sociedad, que entrando en lucha con el resto, trastorna todo el orden público e impide todos los bienes sociales. [48]


José Martí
Todo pueblo necesita ser religioso, no sólo lo es esencialmente, sino que por su propia utilidad debe serlo. Es innata la reflexión del espíritu en un ser superior; aunque no hubiera ninguna religión todo hombre sería capaz de inventar una, porque todo hombre la siente. [49]

Un pueblo irreligioso morirá porque nada en él alimenta la virtud. Las injusticias humanas disgustan de ella; es necesario que la justicia celeste la garantice. [50]
“Jesús no murió en Palestina, sino que está vivo en cada hombre”[51]

Otro aspecto que relacionado con el tema es el referido a la concepción revolucionaria de ambos próceres sobre la enseñanza religiosa en las escuelas. En 1829 el paradigmático Presbítero dijo:

Creemos que los curas o los eclesiásticos que ellos mismos nombraren, son los únicos que deben enseñar la doctrina a los niños que con este objeto deberían concurrir a la iglesia uno o dos días a la semana, y que sus padres deben ser los más empeñados en cuidar de su asistencia.[52]. Transcurridas varias décadas del siglo XIX, José Martí señaló: …no enseñar religión alguna en las escuelas de instrucción –sino aquellos conceptos de bondad, honradez y justicia que en el fondo de todas las religiones están y a todas convienen.[53]  Ambas consideraciones se aproximan en esencia  al concepto contemporáneo de enseñanza laica.

El reputado intelectual cubano José Ignacio Rodríguez, que realizó sus estudios en el Colegio Seminario San Carlos y San Ambrosio, fue alumno del Padre Varela.  Posteriormente y ya adulto,  escribió la primera biografía de su maestro. José I. Rodríguez, ejerció como profesor del Instituto de La Habana y  laboró como  docente en el Colegio El Salvador. Es en esta etapa en la que el joven Martí establece vínculos de carácter instructivo con el reconocido intelectual, que posteriormente recordaría a su exalumno en estos términos, imagen viva de abnegación y fidelidad, el inteligentísimo José Martí, niño entonces y estudiante…[54].
A continuación conoceremos como  José Ignacio Rodríguez, que estuvo en estrecho contacto docente y social con Félix  Varela y José Martí. Divulgaba y encomiaba  con valor documental las características y facilidades oratorias del profesor del Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio aparecidas en el periódico Correo de Trinidad, y las de su exalumno, ambos contrarios a la corriente anexionista, filiación profesada públicamente por José Ignacio Rodríguez,   primer biógrafo del Presbítero:


Varela se apodera fuertemente de su asunto, lo domina, lo fecunda, y lo atrae a la altura de su genio. Ningún orador americano es dotado de una imaginación más sublime, ni de una elocuencia más impetuosa. .Las ideas, las imágenes, los movimientos más imprevistos se suceden, se atropellan, arrastran la atención del oyente y ponen en movimiento todas las facultades del alma [...] Ninguno es más atrevido que Varela en las formas de su estilo. Crea expresiones que tienen una suerte de inmensidad como sus pensamientos, somete la lengua a su genio, traspasa las reglas sin ofender su delicadeza, le impone leyes, y la fuerza a tomar las formas nuevas que convienen a la audacia de sus conceptos. [55]

Sobre Martí expresó:

Su palabra era facilísima, sonora y abundante, de carácter febril que la hacía arrasadora entre ciertos grupos, pero incorrecta, y llena de extrañezas monstruosas, semejantes en ocasiones á un torrente que se despeña hecho pedazos, y espumante y alborotado entre multitud de rocas y obstáculos abruptos de toda clase. [56]

Seguidamente  presentaremos la opinión del patriota  Néstor Carbonell, activo colaborador del Apóstol: 

Quien no escuchó a Martí orador, repito, no sabe lo que es, ni de lo que es capaz un gran orador. Se necesita haberlo oído para darse cuenta cómo despertar a un pueblo aletargado, levantarle el brazo enflaquecido, ponerle en la mano la espada centelleante y hacerle luego arremeter contra enemigos, dueños y señores de su tierra.[57]

         Otra constatación de la pervivencia revolucionaria entre ambos paradigmas de la creación y del amor a sus semejantes, lo encontramos en los contenidos del artículo ideológico del Padre Varela escrito para la Revista Bimestre Cubano, titulado Espíritu Público, definido como el deseo  de promover el bien Social, analizado desde sus diversas facetas, así como algunas de las ideas martianas  estrechamente relacionados con el tema.

       Desde sus inicios, el ensayo dedicado al estudio del Espíritu Público, nos atrapa con la presentación de este profundo, conciso y real contenido.
                           


El pueblo no es tan ignorante como lo suponen sus acusadores. Verdad es, que carece de aquel sistema de conocimientos que forman las ciencias, pero no de las bases del saber social; esto es, de las ideas, y sentimientos que se pueden hallar en la gran masa, y que propiamente forman la ilustración pública. [58]



En las últimas décadas del siglo XIX el forjador de la unidad patriótica del pueblo cubano y baluarte de nuestra identidad nacional, escribió con prodigalidad sobre el tema, del cual hemos seleccionado los siguientes aspectos:

...pero el pueblo que sabe siempre, aunque confusamente la verdad.- ve bajo la máscara de las ambiciones que les animan, desconfía con razón y se prepara a defender su independencia.[59]

El pueblo siempre es bueno y agradecido. [60]

La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes. [61]

Tanto el Padre Varela como José Martí que vivieron por largos años en la patria de Lincoln, y disfrutaron de su hospitalidad  en tiempos no simultáneos, reconocieron los valores positivos del pueblo norteamericano y también les señalaron las insuficiencias,  relacionadas con una desmedida inclinación a la riqueza material, y limitada atención  a la creación y desarrollo de los infinitos tesoros espirituales.
A continuación reflexiones del P. Varela:

Sin que se crea que influye en nuestro juicio la hospitalidad recibida en el país que habitamos, podemos asegurar que es el único verdaderamente ilustrado. Los americanos del norte están muy lejos de rivalizar á las primeras naciones europeas en punto a ciencias, pero exceden á todas ellas en punto á ilustración. Una multitud de ingleses no sabe leer, y en Francia y Alemania el idiotismo es bien abundante: mas entre los hijos de la América del Norte es un fenómeno extraordinario el que haya uno que no pueda leer la gaceta. [62]

Posteriormente en 1841 en un editorial de El Expositor Católico en Nueva York, profetizaba:

La codicia de oro que pervade a las grandes masas se extenderá necesariamente a todos los ciudadanos. Las artes útiles y las ciencias prácticas adelantarán con maravillosa rapidez. Las locomotoras, los vapores, la ingeniería florecerán por todas partes, mientras la literatura quedará rezagada. Los artefactos para ahorrar sudor se multiplicarán hasta obtener la perfección; en tanto, las bellas artes abandonadas, languidecerán. Los ciudadanos crecientes que irá reclamando el único y sórdido objeto de la vida, no dejarán tiempo para adecuada expansión y empleo de la educación, la cual, lejos de ser aplicada a iluminar la mente, a liberalizar y mejorar el carácter, se destinará a servir los propósitos y usos de la utilidad y la ganancia. [63]
    

En Impresiones de América en Julio de 1880, José Martí escribió:

Estoy hondamente reconocido a este país, donde los que carecen de amigos encuentran siempre uno, y los que buscan honestamente trabajo encuentran siempre una mano generosa. Una buena idea siempre halla aquí terreno propicio, benigno, agradecido. Hay que ser inteligente; eso es todo  Dése algo útil y se tendrá todo lo que se quiera. Las puertas están cerradas para los torpes y perezosos; la vida está asegurada para los fieles a ley del trabajo..[64]

...no hay pueblo rico ni seguro sin raíces en el corazón y en la fantasía. [65]

La prosperidad que no está subordinada a la virtud avillana       y degrada a los pueblos; los endurece, corrompe y descompone. [66]

                  A continuación presentaremos como abordaron estos dos
Fundadores de los cimientos de nuestra identidad, el tratamiento político dirigido a los españoles residentes en Cuba.
                Félix Varela:
Los americanos nacen con el amor a la independencia, y continúa con el reclamo a los españoles: dejad un suelo donde la virtud es un crimen y el talento una desgracia; venid, sí, venid cuanto antes a reuniros a vuestros hermanos de América; ellos sólo están armados contra sus opresores, que son los vuestros.[67]
                José Martí:
La  guerra no es contra el español, que, en el seguro de sus hijos y en el acatamiento a la patria que se ganen podrá[n] gozar respetado[s], y aun amado[s], de la libertad que sólo arrollará a los que le salgan, imprevisores, al camino. [68]
Y la república será tranquilo hogar para cuantos españoles de trabajo y honor gocen en ella de la libertad y bienes que no han de hallar aún por largo tiempo en la lentitud. Desidia y vicios políticos de la tierra propia.[69]

                Una constante pasión por descubrir la verdad, nos sirve para caracterizar estas dos principales figuras de nuestra historia cultural. Esta creadora voluntad los alentó a obtener la verdad existencial de manera concreta; practicando el Hacer, es la mejor manera de decir[70]  Para convertir el decir en realidad práctica, procurando hacer dignos y felices a sus semejantes, ofreciéndoles solidaridad y entrega sin límites a la justa causa de los humildes y desvalidos. Ambos mentores, fueron injuriados y agredidos con intenciones criminales por los enemigos de la libertad y de los derechos naturales del hombre. 
                El Padre Varela desarrolló una activa vida de definidos perfiles políticos y buen gusto literario asimismo, logró conjugar armónicamente sus deberes sacerdotales con la pasión intelectual de develar y comunicar la verdad social, científica y filosófica.
                Para poder acercarnos a esta íntima faceta de su vida, transcribiremos algunas reflexiones aparecidas en el New York  Freeman’s Journal  en ocasión de su muerte el día 25 de febrero de 1853.

[…] Estableció escuelas para los niños de ambos sexos y se convirtió dentro de los límites de su parroquia y no pocas veces fuera de ellos,  un verdadero apóstol de la caridad. Todo lo que hizo para instruir a los ignorantes y para aliviar la suerte de los desgraciados sólo Dios es quien lo sabe. Los pobres y los enfermos fueron siempre particular objeto de su atención. Los iba a visitar a todas horas, y en todas  partes de la ciudad; […] Durante la epidemia del cólera, en el año de 1832, puede decirse literalmente que el Padre Varela vivía en los hospitales [71]

       Nuestro Héroe Nacional, reconocido como Apóstol por los humildes trabajadores de la industria del tabaco, en la Florida, fue genial culminador  de la obra del Presbítero fundador; desplegó su propio quehacer revolucionario, desde las aulas del Instituto de La Habana en franca y comprometida parcialidad con la causa de los pobres de la tierra.   
       En el transcurso de su vida de constante accionar político y literario, siempre permaneció en los primeros planos la ayuda solidaria a la parte más vulnerable de la sociedad. Este permanente quehacer se refleja en sus experiencias recogidas en el valiente ensayo autobiográfico titulado: El Presidio Político en Cuba[72]                               publicado en España, año de 1871. En su poesía, que sentimos los cubanos como expresión de nuestra identidad, al releer sus Versos sencillos, escritos en 1891:

       Con los pobres de la tierra / Quiero                               yo mi suerte echar / El arroyo
                de la sierra / Me complace más que el mar.[73]

La poesía comprometida se desborda más allá de la intimidad  propuesta, para imantarnos en solidario amor cristiano con los pobres de la tierra.
                En otro momento, en ocasión de la muerte de Karl Marx, escribirá en prosa poética y lapidaria:
               
                Karl Marx ha muerto, como se puso al lado de los débiles, merece honor.[74]

Y para los indiferentes frente a la pobreza, comenta:
                                                                                                                                                                                  
                …no es nada menos que un criminal quien ve la pobreza, y puede ayudarla, y no la ayuda.[75]


La línea estratégica del pensamiento independentista del Padre
Fundador y la del Apóstol  se  ha desarrollado teniendo como base la guía del método electivo, definido así por el Profesor de Filosofía: instrumento teórico en forma pedagógica   que asume lo universal y lo refracta a nuestra realidad para producir, dentro de un contexto singular, nuestras propias respuestas.
    Esta búsqueda constante de nuestras propias respuestas, es una formidable arma teórica utilizada con éxito por la inteligencia cubana a largo de nuestra historia. El forjador de nuestra unidad patriótica, nos la presenta así:

Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser de nuestras repúblicas. [76]


        Las latentes ideas independentistas del pueblo cubano, se expresaron orgánicamente en las primeras décadas del siglo XIX y se proyectaron en dos vertientes separadas, dirigidas, la una por el Padre Varela y la otra por las logias masónicas, encabezada por el joven habanero José Morales Lemus, estas dos vertientes que venían trabajando sin coordinación , tomaron cuerpo de unidad, hacia la sexta década del siglo, en la figura del intelectual  y esclarecido médico cubano, exalumno del Colegio-Seminario San Carlos; Vicente Antonio de Castro, fundador en 1862 de las sociedades masónicas del Gran Oriente Cubano y las Antillas  G.O.C.A. Institución que se extendió con la creación de más de veinte logias a lo largo de la Isla –calificadas por la masonería oficial de clubes de jacobinos- Sociedades  basadas en Estatutos de marcado carácter patriótico, o sea de un cuerpo teórico coherente,  con contenidos sociopóliticos bien definidos.[77]


             Esta eficiente organización, consolidó  unidades de  base en todo el país, procurando la vertebración fundacional   del alzamiento independentista, Gesta dirigida por abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes en la Demajagua,  en la antigua provincia de Oriente, y  que se extendió posteriormente a las  provincias de Camagüey y Las Villas.
             El Padre de la Patria al igual que Vicente Antonio de Castro fue alumno del Colegio Seminario San Carlos y San Ambrosio, por lo tanto sus actuaciones se corresponden con las influencias recibidas, vinculadas a las ideas  del filósofo emancipador del pensamiento cubano.
              Carlos Manuel de Céspedes dejó constancia de su reconocimiento ideológico al Padre Varela, cuando expresó en su  Manifiesto al pueblo de Cuba del 7 de febrero de 1870:

Cuba sabe, porque lo ha dicho el filósofo, que la libertad es el pan que los pueblos tienen que ganar con el sudor de frente....[78]

              
             La gesta independentista de la Guerra de los Diez Años junto al capítulo inconcluso de la Tregua Fecunda, proporcionó al pueblo de Cuba, el Crisol purificador, para no repetir los errores de la desunión.  Es al calor de estas contradicciones propias de la contienda por la libertad, donde inicia sus trabajos independentistas el  adolescente habanero, al que nos hemos referido al inicio de este trabajo. *
             La  consagración y el amor a la Libertad en el  Apóstol aunador de voluntades, fueron cualidades entre otras, que le permitieron  alcanzar y ponderar las mejores experiencias de las corrientes independentistas, potenciarlas y como artífice virtuoso del método lectivo, crear una nueva esencia política, al tomar de la experiencia universal la categoría de Partido y concebir sus Bases y Estatutos de organización democrática para alcanzar con permanente fortalecimiento, la unidad, y con ella, la Libertad de la Patria, que tiene sus gloriosos antecedentes  en la toma de La Bastilla por el pueblo de la Ciudad Luz dando inicio Proceso transformador de la Revolución Francesa

             La última, extensa, honrosa y comentada reflexión, que hace el Apóstol del  patriota entero, tuvo lugar cuando realizó su proyectada visita a la primada ciudad de norteamericana de San Agustín en la Florida, para rendir tributo de reconocimiento ante su tumba y a la vez fundar el Club Padre Varela,  regido por las Bases y Estatutos del Partido Revolucionario Cubano. Sobre tan emotivo acto Martí dejó una sentida constancia, en el periódico Patria:

Antes que todo, a la tumba  del Padre Varela [...] allí están en la capilla a medio caerse, los restos de aquel patriota entero [...]que con nuestro esfuerzo y nuestra calidad probada podemos llegar a poseer los restos del Padre Varela.

             Y, sobre la fundación del Club:
Levantamos, con todos los cubanos que somos aquí, el club Padre Varela. Marín lo preside, y Hardey es el secretario [...] porque aquí estamos de guardia, velando los huesos del santo cubano,  y no le hemos de deshonrar su nombre. [79]

             Con  la determinación de continuar   este acercamiento de  ideas revolucionarias, nos despedimos temporalmente, recordando sólo dos palabras del hombre sincero / de donde crece la palma […]:[80] Honrar, Honra. [81]


 

                                                                                                                             



[1]Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez. Felix Varela Obras, Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997 t.II p.207.
[2]  José Martí. Obras Completas t.2 p. 270 en lo adelante O. C. 2; 270
[3] Jorge Ibarra Cuesta. Varela el precursor. Editorial Ciencias Sociales, 2004 p.98
[4] OC. 1; 293
[5] OC. 21; 204. Antonio Moreno y Escandón. Abogado y teólogo colombiano  quien a fines del siglo XVIII intentó infructuosamente de reformar radicalmente la enseñanza en el México colonial.
[6] OC. 22; 22. Huberto Howe Brancrot: Publicista, historiador y literato norteamericano. Refiriéndose  sus libros y ensayos  Antonio Bachiller Morales expresó en 1882 “su obra corresponde a su indudable merito  en la parte literaria, es un monumento para la  Historia AmericanaRevista Bimestre Cubana. En la biblioteca personal de José  Martí, se atesora el   libro de Howe Brancroft  Historia de México, mencionado en el testamento literario del Maestro.
[7] Heredia, José María.  El Iris, t. 2 No. 13, p. 28 año 1826
[8] Marta Rojas. Varela por Varela, Febrero 2012. Periódico Granma. La Habana.
[9] OC. 22; 175. Con  el propósito de facilitar la presentación de los intelectuales mencionados, añadimos breves datos: ºNombre de un mártir: Florencio Varela. Poeta y escritor argentino. Fue asesinado, combatió a la tiranía de Juan Manuel Rosas. ºde un grn orador: Hector Varela. Político argentino, defensor de la libertad y la democracia. ºde un buen poeta: Juan Varela. Diplomático y novelista español. º de un fecundo escritor: Juan Cruz Varela. Poeta y creador de obras teatrales, argentino. ºde un dramaturgo Luis Varela. Escritor argentino. ºde un gran  patriota: Pedro Varela. Pedagogo y escritor Uruguayo. º de un gran economista Rufino Varela: Ingeniero y legislador honrado. Uruguayo.
[10] OC. 4; 417
[11] OC. 1; 139
[12] OC. 6; 139
[13] O. C. 21; 108
[14] Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez. Obras Félix Varela. t .II p. 173. Varela se refiere a Fernando VII rey de España [1808-1833]
[15] Idem página 185
[16] OC. 1; 160
[17] OC. 18; 19
[18] OC. 1; 93
[19] OC. 5; 468
[20] Sarracino, Rodolfo. Revista Honda, José Martí en el Club Crepúsculo de Nueva York No, 18; 2006 Patria 2/12/1892 Conferencia de J. Martí en el Club San Carlos a personalidades norteamericanas sobre el antianexionismo cubano.
[21] Con sólo 24 años, Varela obtiene por oposición la Cátedra de Filosofía con un plan de estudios constituidos con los contenidos de Lógica y Metafísica que anteriormente explicaba el Padre Agustín Caballero y también los contenidos de Física  y Ética materia que había impartido O´Gavan.
[22] En la etapa en que el maestro profesor de filosofía concibió y llevó ala práctica integral método explicativo, en Europa se empleaba el sistema del educador suizo Enrique Pestalozzi y el del pedagogo inglés Joseph Lancaster, ambas experiencias fueron trasladas y difundidas en Ibero América. Los mencionados procedimientos metodológicos no fructificaron, en contraposición con el método autóctono, no clasista concebido en armonía con el entorno, este acontecimiento inauguró nuestra pedagogía.  
[23] Ecured. Biografía de Félix Varela. marzo de 2012-
[24] OC. 7;117
[25] Félix Varela. Obras 2; 304
[26] OC. 19; 37
[27] OC. 7; 155
[28] O. C. 19- Págs. 375-376
[29] Félix Varela OBRAS. Eduardo Torres Cuevas-Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta, Mercedes García Rodríguez. Editorial Cultura Popular, La Habana, 1997. Tomo II Pág. 120.
[30] OC. 2; 298
[31] OC. 2; 299 

[32] Eduardo Torres-Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta y Mercedes García Rodríguez. Félix Varela Obras. Editorial
Cultura Popular, La Habana, 1997. t. 3 pp. 241-242
[33] Jorge Ibarra Cuesta, José Martí dirigente político e ideológico.  CEM 2008 pp. 140-141
[34] OC. 8;289
[35] Apuntes para la historia de las letras cubanas y de instrucción pública  de  la Isla de Cuba  Cultural S.A. La Habana, p. 323 
[36] OC. 6; 201
[37] Instituciones de filosofía ecléctica Edit. Universidad Habana, Habana 1952..  Félix Varela, Cartas a Elpidio. Ver: Obras 2;73
[38] Joaquín G. Santana- Félix Varela ¿quién fue…? Ediciones Unión 1992. La Habana p.82.
[39] Félix Varela. Obras 2; 73
[40] Félix Varela. Obras 2; 5
  *El maestro de la historiografía literaria española Don Marcelino Menéndez y Pelayo, reconoció a Félix Varela como uno de los primeros apologistas españoles de principios del siglo XIX por su obra Las Cartas a Elpidio. (Apólogo: Fábula con intención moralizante.)
[41] Félix Varela, Obras 2;186
[42] Epistolario 1; 212

[43] Vitier, Medardo. Las ideas en Cuba. Editorial Ciencias Sociales p. 61
[44] Eduardo Torres Cuevas, Jorge Ibarra, Mercedes García Rodríguez. Obras Félix Varela. Editorial Cultura Popular. t. II p.154. año 1997
[45] Idem p. 275
[46] OC. 5; 139
[47] Epistolario 1; 236
[48] Félix Varela. Obras  1; 294
[49] OC. 19; 372
[50] OC. 19; 392
[51] Juventud Rebelde, 18 de marzo 2012  Pág. 5. Artículo de Cintio Vitier sobre el humanismo, referencia de Alina Perera Robbio
[52] Eduardo Torres- Cuevas, Jorge Ibarra Cuesta y Mercedes García Rodríguez. Félix Varela Obras. t. 2  p. 311.
[53] O. C. 19;445
[54] M. Isidro Méndez, Martí. Imp. P. Fernández y Cia. La Habana, p. 20
[55] Rodríguez, José Ignacio. Vida del Presbítero Don Félix Varela. Ed- Arellano  y Cía. La Habana, 1944.
[56] Rodríguez, José Ignacio. Anexión estudio histórico... Ed. Propaganda, año 1900.
[57] Carbonell, Nestor. Martí su vida y su obra, p. 191
[58] Félix Varela Obras. 2; 375
[59] OC. 19; 97
[60] OC. 7; 87
[61] OC. 8; 284
[62] Félix Varela, Obras 2; 305
[63] Hernández Travieso, Antonio: El Padre Varela Biografía del forjador de la conciencia criolla. P. 441 año 1944.
[64] OC.19; 108
[65] OC. 7; 351
[66] OC. 8; 189




[67] Félix Varela, Obras, 2; 186
[68] OC. 4; 94
[69]  OC. 4; 98
[70]  OC. 7; 197…
[71] Mons. Carlos Manuel de Céspedes García Menocal. Señal en la Noche, p. 109 y 113. La ciudad de Nueva Cork contaba en esa época con aproximadamente 30 000 fieles católicos en su mayoría inmigrantes irlandeses.
[72]  OC: 1; 455
[73] OC. 26; 67
[74] OC. 9; 388
[75] OC. 2; 374
[76] OC. 6; 18
[77] Perteneciente al grupo de logias del GOCA se encuentra la logia América No. 13, fundada en Remedios en 1865 por  el patriota Alejandro del Río y Rodríguez, en cuyo local se depositaban las armas destinadas al próximo levantamiento. Los vínculos conspirativos de Del Río eran la Junta Revolucionaria del Camagüey donde mantuvo contactos preparatorios al alzamiento con Ignacio Agramonte. César García del Pino. MIL CRIOLLOS DEL XIX. MINIDICCIONACIO BIOGRAFICO. p. 282 . César Rodríguez Expósito. Cuaderno de Historia de la Salud Pública. La Habana 1968.
[78] Rodríguez, Rolando. Cuba la forja de una Nación. 1; 225
[79] OC. 2; 97
[80] OC. 16; 3

[81] OC. 8; 135
POR:


Roberto F. Rodríguez  González,  (Encrucijada,  L. V. 1928)
 Bachiller en Ciencias 1948, profesor  de matemáticas 1950-58. En 1953 Generación del Centenario. 1956 Teniente Lucha Clandestina. 1959 Jefe de Despacho del Ministro de Educación. 1966 Director Regional Educación Centro Habana. 1967 Profesor Secundario Superior ISPEJV. 1971 Elegido Secretario General Comité Universitario  Sindical U. H. 1978 CID. 1980-88 ISPETP. 2002-08 Biblioteca del Centro de Estudios Martianos. Trabajos publicados: El Padre Varela en José Martí. .  Revista Honda. No. 7 -2003. . Martí, el Partido Revolucionario Cubano y los médicos.. Portal del CEM 2007. El Padre Varela en José Martí, pervivencia revolucionaria. Portal del CEM 2008.  José Martí promotor de la lectura de su tiempo.  Ponencia Evento Nacional de Bibliotecas Especializadas 2007.  Cotejo Multimedia del periódico Patria. Félix Varela: música, razón y educación popular. Portal CEM 2008.















El Padre Félix Varela en José Martí- Persistencia Revolucionaria

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